Siempre que se quiere elaborar una estructura sólida lo primero que hay que tener presente es establecer buenas bases. Un cimiento de calidad garantiza una buena construcción, perdurable en el tiempo, estable y de confianza. Si se piensa que con sólo invertir en una buena base todo el resto viene por añadidura dejaríamos más de nosotros es esa primera tarea que lleva tiempo, esfuerzo y perseverancia; sobre todo, porque no se ven los resultados rápidamente. Se debe descansar en el proyecto, gestionarlo al tanteo y avanzar a ciegas sólo augurando buenos resultados.
Si trasladamos esta mirada a la constitución familiar, notaremos cuán importante es aquello que se decía desde antaño “la educación empieza por casa”.
Muchos son los ámbitos que se encargan o contribuyen a la educación de nuestros hijos –escuela, entorno familiar, clubes, etc.– pero si quienes compartimos con ellos la cotidianeidad olvidamos cuán importante es nuestro apoyo y nuestra tutela en su desarrollo, algún elemento estará ausente de esa base que cuanto más cuidada esté, mejor crecerá y se desarrollará.
Todo aquello que se siembre dentro de la familia es esencial e insustituible. No sólo para que nuestro futuro como hogar se sienta fortalecido sino también para que la sociedad se nutra de esa semilla fecunda que cuidamos e hicimos crecer.
Una familia sólida en valores generará ciudadanos enteros y firmes también para una nación.
Con frecuencia se dice que la primera esfera para el gobierno de una república es el ambiente doméstico. Si nos ponemos a pensar, según las gestiones y acciones que generemos, estaremos armando el destino de este pueblo del que somos también artífices desde el lugar de padres.
Si hay un maestro por excelencia, ese es el padre que arma en su hogar la llamada “escuela de la vida”. La convivencia, la tolerancia, la responsabilidad, la disciplina, el respeto…y tantas otras cosas más son muestras de lo que, dentro de la familia, debe ser gestado.
No se le puede delegar la responsabilidad de estas cuestiones a otras instituciones. La escuela educa en saberes; la televisión no es educación, y tampoco debe serlo, sí tendrá que constituir un sano entretenimiento. El club formará en la mente el espíritu saludable.
Y así, cada ámbito cumpliendo la función que le es esencial se ordenará esta nación que construimos entre todos.
¿Pensás que no siempre estás para trabajar en esas bases?
Como se dice en muchos ámbitos: lo importante es la calidad. Que los momentos compartidos sean intensos, cargados de contenido, de afecto y ejemplo.
¿Creés que tal vez ya está todo hecho, que sólo falta ver crecer? Mirá y observá cómo un refuercito en la base no sólo endereza aquello que acarrea sino que también estabiliza a quien se preocupa por fortalecer desde abajo.
Hoy pensá en tu futuro. En el futuro de todos. Pensá cuánto podés hacer desde tu lugar.
Contenido producido originalmente por FastForward Concepts para Colegio Santo Tomás de Aquino.