La oración nos cambia el corazón y nos hace comprender mejor cómo es Dios.
Papa Francisco.
Con la llegada del receso escolar es inevitable hacer una mirada retrospectiva de lo vivido y tomar conciencia de cuánto se ha crecido en unos pocos meses en relación con cuando se empezó el año. Y en ese crecimiento mucho ha tenido que ver Dios quien es el que, a través del Espíritu Santo ha ido esparciendo los dones para que se pudiera vivenciar todo a lo grande y con el conocimiento necesario.
Es por ello que hoy, la invitación, es simplemente a orar, a ofrecer alabanza a Dios por todo lo que a diario nos da y por su bendición tan presente en el momento en que los niños y jóvenes concurren a la escuela para su formación.
¿Te acordás de orar?
La oración es el medio que tenemos para comunicarnos con Dios, es la oportunidad también que tenemos de que él nos hable en nuestra propia lengua y para poder escucharlo tenemos que hacer ese espacio tan necesario, de silencio, de contemplación, de recogimiento en el interior.
La oración es como ese alimento que una vez que se prueba no se abandona porque gusta, porque hace crecer y porque hace bien pero es también un hábito que como tal debe aprenderse para poder practicarse con calidad y para tener la constancia que hace bien al alma.
Dónde y cuándo orar
Cuál es el momento más propicio para orar cada uno lo sabe de acuerdo con sus costumbres, horarios y obligaciones, sin embargo, es una buena propuesta enmarcar el día con un buen gesto de oración. Por la mañana agradecer y alabar por ese nuevo día al que se está asistiendo y, por la noche confiar el día de cada uno a Dios, con sus aciertos y con sus errores, para que siempre se pueda evaluar con la mirada puesta en Dios.
De esta manera confiar el primer semestre a la mirada de Dios será mucho más rico, saber que nos está escuchando es gratificante y saber cuánto se ha hecho bajo se gracia también.
¡Animate a hacerte fan de la oración!
Contenido producido originalmente por FastForward Concepts para Colegio Santo Tomás de Aquino.