Un nuevo año lectivo llega a su fin y junto con él todas las evaluaciones, no solo de conocimiento que los niños y jóvenes estarán realizando, sino más bien de cuán productivo y profundo ha sido en relación con las expectativas que a comienzo del año se tenían.
Un examen de conciencia del año escolar tiene que ver con qué se ha logrado y cuánto no y, como consecuencia, qué se proyectará como una iniciativa para el año siguiente.
El estudio
El balance de todo lo que tiene que ver con el conocimiento académico no puede ser negativo en prácticamente ningún sentido. Siempre se habrá avanzado un poco en relación con cómo se venía desde el año anterior. En algunos casos el avance será mayor que en otros y, en todo caso, esa medida será la evaluación que con el grupo familiar se haga. Si se ha denotado tanto crecimiento como se esperaba o si se piensa que el año siguiente podría hacerse un poquito mejor.
La relación con Dios
En la escuela se promueve el vínculo cercano y activo con el Padre, el Hijo y con el Espíritu Santo que tanto acompaña y ayuda. Es por ello que esta evaluación tiene que ver con cuánto se ha aprovechado de la gracia de Dios y cuán regocijado se encuentra cada uno en ella. Pronto será la Navidad y si quedaba alguna necesidad de acercamiento, con la nueva oportunidad del Niño recién nacido se hará efectiva.
La amistad
Siempre el año escolar trae nuevas amistades, cambios o renovaciones en los afectos. Depende el año de la escuela del que se trate, se forjarán esos compañeros de la vida que serán eternos y perdurables. Por la amistad alcanzada durante el año siempre se debe agradecer a Dios, como un don.
Los vínculos, la oración, el conocimiento, los afectos; tanto brinda el espacio escolar de todo lo más valioso que una vez adultos se aprovechará, y con creces.
Agradecidos en la Bendición de Dios por todo lo recibido se cierra el nuevo año escolar.
Contenido producido originalmente por FastForward Concepts para Colegio Santo Tomás de Aquino.