Lamentablemente, son cada vez más frecuentes las consultas médicas por contracturas y dolores de espalda en niños cada vez más pequeños. Existen tres factores mayormente responsables de estos cuadros: las mochilas pesadas, las malas posturas por el uso de la tecnología y la falta de actividad física.
La cantidad de horas diarias que pasan con la cabeza inclinada hacia abajo para jugar con celulares, o tirados en el piso o en sus camas con tablets y consolas, serían algunos de los motivos de este malestar cada vez más común. Esta actitud sedentaria se suma a la falta de tono muscular por poca o nula actividad física, y tiene como consecuencia que se generen síntomas no habituales en niños, como el estrés, los nervios y las contracturas.
El peso de las mochilas es otro de los factores más importantes. Llevar y traer libros pesados sobre la espalda muchas veces es perjudicial para la salud de los chicos. Las mochilas con rueditas son una buena opción, pero no todos las usan. Lo ideal es que las mochilas no lleven más del 7 % del peso corporal de los niños.
El calzado adecuado a las diferentes actividades también es fundamental, sobre todo en el momento de realizar actividad física. Es importante recordar que las pequeñas molestias o contracturas que no son corregidas en la infancia pueden transformarse en otras patologías más importantes cuando son adultos. La consulta con el pediatra es indispensable para identificar si, ante dolores o contracturas, es necesario que el niño vea a un especialista.