Después de varios meses de cuarentena, cada casa ya tiene una nueva forma de funcionar. Pero, para que todas las tareas no recaigan sobre los padres, es importante que cada miembro de la familia haga su parte, por más pequeña que sea. Y, a pesar de lo que podríamos pensar, los más chiquitos también pueden ayudar con cosas simples. Pequeñas responsabilidades que los van a estimular para, el día de mañana, poder ocuparse de nuevas cuestiones.
El desorden y el caos vienen de la mano cuando tenemos hijos chiquitos, pero es importante tener en cuenta que ellos también pueden aportar lo suyo para que el descontrol no tome la casa.
- Guardar los juguetes. A los chicos les gusta sacar todos los juguetes a la vez. Pero, si los pueden sacar, también los pueden volver a guardar. Eso sí: luego de varias horas de juego, es probable que no quieran levantar todo lo que está esparcido por la habitación. Entonces, lo mejor es estar con ellos e ir indicándoles que deben guardar un juguete antes de sacar otro. Con el tiempo, irán aprendiendo esa conducta y los juegos serán mucho más ordenados.
- Levantar la mesa. Aunque sean chiquitos, ellos también pueden hacer su parte. Después de comer, tu hijo puede llevar sus platos, vaso y cubiertos a la pileta de la cocina y tirar los restos a la basura. Es bueno enseñarles a que realicen cada tarea en el mismo orden cada vez. La repetición ayuda a solidificar el aprendizaje.
- Poner la ropa en el cesto. La ropa sucia tiene su lugar en cada casa. Los niños pueden ayudar a levantar lo que está sucio y ponerlo en su lugar. Eso sí: revisá que, además de ropa, no haya juguetes u otros objetos que hayan caído allí por error.