Lo que hoy se llama bullying existe desde siempre y muchos niños, a lo largo de distintas épocas, lo sufrieron en carne propia. Con el comienzo de las clases, es importante que ayudemos a nuestros hijos a relacionarse sanamente, para que el entorno escolar sea uno feliz al que den ganas de regresar cada día.
Libres de Bullying se formó en el año 2006 como equipo de trabajo multidisciplinario y en 2014 se estableció, además, como Asociación Civil. En su sitio web definen qué es el bullying:
Es un comportamiento prolongado de insulto verbal, rechazo social, intimidación psicológica o agresión física de un/os niño/s hacia otro, que se convierte en blanco de reiterados ataques.
Es sinónimo de hostigar y tiene determinadas características que es importante definir y delimitar:
- Es una conducta agresiva deliberada, que implica un desequilibrio de poder o de fuerza
- Debido a la diferencia de poder, al menor acosado le resulta difícil o imposible defenderse
- El acoso escolar se repite una y otra vez en el transcurso del tiempo
- El dolor del hostigado es sostenido, no se limita al momento del ataque
- Es fundamental la presencia de testigos que aprueben el maltrato activa o pasivamente
El mayor aliado del bullying es el silencio. Los chicos realizan estas acciones fuera de la mirada del adulto y nadie se anima a denunciarlas. Para hablar de bullying debemos indagar acerca de la intencionalidad de las conductas de los chicos, ver si hay un líder intentando aislar a un compañero.
¿Cuáles son los signos que nos puede alertar de que un niño está siendo víctima de bullying?
Para los padres:
- Cambios de humor
- Retraimiento
- Llanto inmotivado
- Irritabilidad
- Dolor abdominal, dolor de cabeza
- Trastornos del sueño (insomnio, pesadillas, quieren dormir más que antes)
- Síndrome del domingo a la tarde (no quieren ir al colegio y se enferman)
- Gritan “dejame”, “soltame”, “andate” mientras duermen
- Pérdida de tareas y útiles escolares sin poder justificarla
- Pérdida de dinero o merienda
- Golpes, arañazos, vuelven del colegio con ropa estropeada “sin explicación”
- No quieren hablar del colegio ni de sus compañeros
- Se quejan con frecuencia de que los cargan
- No quieren ir a cumpleaños, salidas extraescolares o campamentos
- No quieren invitar amigos a su casa, ni ser invitados
- No quieren ir a la clase de educación física
- Empiezan a tartamudear
- Comienzan a pegar a otros chicos
- Dejan de comer o se vuelven obsesivos con la limpieza (como reacción a que los llamen “gordo” o “sucio”)
- Se hacen pis en la cama
- Piden dinero o empiezan a hurtarlo (para pagarle al hostigador)
Para los docentes:
- No quiere realizar trabajos en grupo
- No quiere pasar al pizarrón o participar en clase en voz alta
- Sale último al recreo y busca estar cerca de algún docente
- Pide ir al baño en hora de clase reiteradamente
- Falta continuamente a la escuela
- Tiene reacciones “explosivas” por cosas aparentemente injustificadas
- Cambia su rendimiento académico de manera abrupta
- Le cuesta concentrarse en la tarea
- Corporalmente se lo ve “achicado” en su asiento, como que “no está”
Ninguno de estos signos de manera aislada es sinónimo de bullying. Son signos de alerta que nos deben llevar al diálogo y la observación. Si un chico presenta alguno de estos síntomas, el bullying puede ser la causa, pero no es la única posibilidad.