La Cuaresma es una época propicia para la conversión, para renovarse por medio de los sacramentos, para reconocerse pecadores, buscar el perdón de Dios y comenzar de nuevo el camino hacia la Pascua, “la victoria de Cristo sobre la muerte”. Así lo señala el papa Francisco en su mensaje titulado “La Palabra es un don. El otro es un don”.
Francisco explica que, mediante el ayuno, la oración y la limosna, la Cuaresma es el tiempo más adecuado “para intensificar la vida del espíritu”. Además, afirma que “la Cuaresma es un nuevo comienzo, un camino que nos lleva a un destino seguro: la Pascua de Resurrección, la victoria de Cristo sobre la muerte”.
«En este tiempo recibimos siempre una fuerte llamada a la conversión: el cristiano está llamado a volver a Dios ‘de todo corazón’, a no contentarse con una vida mediocre, sino a crecer en la amistad con el Señor», señala el Santo Padre.
El mensaje del papa se articula en torno a la parábola del hombre rico y el pobre Lázaro. A partir de esa parábola, el Pontífice establece tres puntos temáticos: “El otro es un don”, “El pecado nos ciega” y “La Palabra es un don”.
En la misma línea, Francisco ha propuesto a la comunidad cristiana el saludo para el día de Pascua de Resurrección: “¡Cristo ha resucitado! ¡Cristo ha resucitado!”.
“Cristo ha resucitado verdaderamente, y este es un bonito saludo para darnos los días de Pascua, como hacen otros muchos pueblos recordándonos que Cristo ha resucitado, que está vivo entre nosotros, que está vivo y que habita en cada uno de nosotros”, señaló durante una Audiencia General en la Plaza de San Pedro.