“¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado” (Lc. 24, 5). Este es el anuncio que aún hoy sigue resonando en nuestros corazones. ¡Jesucristo ha resucitado! El Dios de la Vida camina a nuestro lado para siempre.
En esta octava de Pascua, días en los que seguimos celebrando con la misma intensidad y profundidad la Resurrección de Jesús, le pido al Señor que confirme y haga crecer nuestra fe y confianza en Él. Que podamos experimentarlo vivo a nuestro lado, sosteniéndonos en nuestro andar.
Que la Luz de su Resurrección ilumine cualquier tiniebla y temor de nuestro corazón y nos haga caminar en la serenidad y alegría de sabernos amados por Dios. Que podamos llevar la Luz del Resucitado a los demás, generando un clima pascual de paz, fraternidad, servicio desinteresado y abnegado, preocupación por el otro y comunión.
Que la Virgen Santísima, quien se alegra de la Resurrección de su Hijo, escuche todas sus intenciones personales y familiares e interceda por nosotros.
Dios los bendiga.
P. Agustín Villa