Hace unos años, el 12 de octubre –que históricamente se había conocido como el Día de la Raza– pasó a denominarse Día de la Diversidad Cultural Americana, a través de un proyecto de ley enviado al Congreso por el Poder Ejecutivo Nacional. Este hecho puede generar confusiones sobre los motivos reales que hacen de esa fecha un día feriado, pero los cambios tienen que ver con un nuevo enfoque desde el cual se mira este evento tan importante para la historia de nuestro continente.
El 12 de octubre se conmemora el momento histórico en que personas de Europa occidental llegaron por primera vez al continente americano. En 2007, el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) presentó un proyecto por el cual se proponía cambiar la denominación de esa fecha. La iniciativa se concretó por medio del Decreto N° 1584/10. Este cambio radicó en que la división de la humanidad en “razas” carece de validez y que, además, esa categoría constituye una concepción político-social errónea y peyorativa; por lo tanto, su utilización solo favorece reivindicaciones racistas.
En este sentido, la mirada sobre este día cambió. El Plan Nacional Contra la Discriminación estableció, entre sus prerrogativas, que el 12 de octubre sea un “día de reflexión histórica y diálogo intercultural”. Esto implica dejar atrás la conmemoración de “la conquista” de América, y el proceso que solo valoró la cultura europea, para dar paso al análisis y a la valoración de la inmensa variedad de culturas que los pueblos indígenas y afrodescendientes han aportado a la construcción de nuestra identidad.
De esta manera, el 12 de octubre se convierte en una fecha para recordar, celebrar y trabajar para el bienestar de todas las culturas. Se trata de una fecha que habilita profundas reflexiones y debates, a la vez que expresa las reivindicaciones de los pueblos originarios del continente americano.