El déficit de atención en los niños afecta, inevitablemente, el rendimiento escolar; por eso es importante que trabajemos en este problema tanto en el aula como en casa. Si dedicamos algunos momentos por día a estimular a nuestros hijos, es posible que, entre todos, podamos ayudarlos a mejorar esta situación.
A través de ciertos ejercicios, podremos reducir en el niño la inquietud motriz y la impulsividad, que suelen ser las principales fuentes del problema, a través del aumento de su atención y de su capacidad cerebral. El principal objetivo de los ejercicios es cambiar los hábitos, conductas y actitudes negativas que el niño tiene ante ciertas situaciones y enseñarle a su mente nuevas formas de reaccionar ante esa situación.
Estos son algunos de los ejercicios que podemos realizar en casa con los chicos:
- Enumerar tres, cuatro o cinco cosas (según la edad) que puede encontrar en la casa y pedirle que las traiga para comprobar que ha atendido al listado.
- Decirle una palabra o un número. A continuación, recitar un listado de palabras o números, entre los que se encuentre el anterior, y pedirle que haga una señal cuando lo escuche.
- Colocar diferentes elementos en una mesa, en un orden determinado. Variar luego el orden para que vuelva a colocarlos en el modo inicial.
- Guardar varios objetos en una caja, cerrarla y pedirle que repita el nombre de todos los objetos que están en su interior.
- Disfrazarse con varios adornos y quitarse algunos para que descubra cuáles han desaparecido.
Con un poco de tiempo y dedicación, podemos contrarrestar el déficit de atención en los niños, lo que favorecerá su rendimiento y permitirá que aprovechen al máximo el aprendizaje y, también, el tiempo de ocio.